CORONAVIRUS Y EL CALENTAMIENTO GLOBAL
El cierre de emergencia en fábricas y actividades industriales en países como China e India, como parte de las medidas extremas para combatir la pandemia, temporalmente redujo la contaminación del aire y dio un respiro a los cielos de las ciudades más pobladas que por mucho tiempo no lucían despejados. Este paro de actividades mejoró la calidad del índice del aire a niveles satisfactorios cercanos al 80% en la mayoría de las ciudades en el mundo (Air Quality Index Org).
Se pueden acelerar las acciones en pro del cambio climático derivado de la crisis actual. Por ejemplo, los ajustes de recursos humanos como videoconferencias y comunicación digital pueden permanecer en el largo plazo, lo que reduciría la demanda de transportación y emisiones. Los mercados podrían valorar el riesgo al presenciar los trastornos físicos y sistemáticos. Más aún, las bajas tasas de interés que se presentarán para activar a la economía podrían acelerar el desarrollo de infraestructura sostenible y resiliente.
Las acciones climáticas podrían ser una solución para acelerar la recuperación a largo plazo, específicamente para crear presencia en el sector ambiental, por ejemplo, en la transición energética a una economía baja en carbono. En septiembre del 2019, el Banco Mundial publicó un estudio en donde presenta que la inversión de 1.8 trillones de dólares en medidas ambientales generaría en una década más de 7.1 trillones de beneficios económicos.
Está claro que debemos mitigar el cambio climático tomando en cuenta lo aprendido en esta pandemia. La pandemia terminará en algunos meses, y más si se crea y comercializa una vacuna. El cambio climático causará devastaciones en las próximas décadas, aun si se paran las emisiones. Aquí no existe una cura tecnológica que mitigue esta consecuencia, pero podemos aprender las lecciones que esta pandemia nos ha dejado para crear conciencia sobre el impacto de una crisis climática que traerá consigo una gran magnitud y duración.
En algunos países ya se han comenzado a ver iniciativas en favor del ambiente impulsadas por el coronavirus. En París, por ejemplo, se están habilitando 650 km de “ciclovías corona”. En Milán se anunció un ambicioso plan para reducir el uso de autos y priorizar a peatones y ciclistas, como respuesta a la crisis causada por el virus. La crisis del petróleo también podría impulsar cambios.
El respiro que está viviendo el planeta es temporal, advierten los expertos. Para lograr una disminución notable en las cantidades de CO2 en la atmósfera, se debería lograr una reducción sostenida del 10% a nivel global en el uso de combustibles fósiles durante un año, según el Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de San Diego, EE.UU. La NASA advierte que la disminución en las emisiones de gases como el CO2 necesitarían ocurrir durante un periodo de tiempo largo y sostenido para que pueda tener un impacto medible en el clima.
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